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The Kanso market garden

Kanso is located on the banks of a river, so they do not lack water. However, the extreme poverty of its inhabitants has not allowed them to make the necessary investments to be able to cultivate the communal lands.

 

They have built wells using traditional methods, but due to their shallow depth, they dry up within a few months after the rainy season. These wells only serve them for small temporary crops. On the other hand, Kanso is located in an area of transhumance, crossed by numerous herds of cattle. Due to lack of means, small plantations are not properly fenced, and herds destroy them as they pass.

 

All this means that the diet of the people of Kanso is based mainly on the consumption of rice. Lack of vitamins in the diet leads to malnutrition.

The objective of this project is to build a large orchard in Kanso, in the style that has been so successful in Boidié. With improved nutrition, infant mortality and illnesses will be reduced.

 

On the other hand, we will alleviate the economic problem and the dependency of women, who can be financed through the sale of part of the harvest.

 

The people of Kanso are very excited about this project.

It was considered by them as the second highest priority performance, after the school.

 

Qué estamos haciendo

En esta época del año, las mujeres cultivan básicamente coles y lechugas (fotos). Tienen muchísimas coles, que venden a unos 300 CFA la col (0.45€), un precio muy alto tratándose de Mali. La superficie cultivada es la máxima que permite la disponibilidad de agua.

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Hay unas 60 mujeres trabajando en el huerto. La mayoría cumple con la obligación de pagar a la cooperativa una pequeña cotización mensual, pero algunas no lo hacen por desconfianza de cómo se gestionará el dinero. La supervisora, Catherine (foto), sigue luchando para cambiar esta mentalidad, al tiempo que intenta optimizar las técnicas de riego y cultivo.

Cómo va este proyecto

1,5 hectáreas en cultivo, cooperativa de 60 mujeres

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Lo iniciamos en

Diciembre 2016

 

Datos económicos

- Invertidos unos 69.000 eur: dos pozos en explotación, instalaciones de riego, vallado

- Necesarios algunos miles de euros (a concretar) para pequeño material, formación...

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Actualizado: marzo 2024

Qué hemos hecho ya
Diciembre 2016

Se seleccionó la ubicación del huerto: un terreno de dos hectáreas. Encargamos un estudio geofísico del subsuelo (informe). Presupuestamos entre 35.000 y 40.000 eur para la perforar un pozo, instalar una bomba de agua y placas solares, construir un depósito elevado y un sistema de riego, vallar el terreno para protegerlo de los animales, y formar a las mujeres en técnicas agrícolas modernas.

 

Enero 2017

Estuvimos considerando la posibilidad de potabilizar el agua de los pozos que ya hay en el poblado. No obstante, el análisis del agua indica que, aunque no es del todo potable, se puede beber. De momento no invertiremos en mejorar la calidad del agua, aunque no lo descartamos para más adelante.

 

Febrero 2017

El estudio geofísico indicaba que en principio había agua suficiente en el subsuelo, a unos 80 metros de profundidad, para regar las dos hectáreas de terreno destinadas al huerto. Tras considerar varios presupuestos para perforar el pozo, nos quedamos con el que estimamos era el mejor de ellos, de unos 12.000 eur. En esa fase del proyecto, recibimos el asesoramiento habitual de nuestros amigos de Geólogos sin Fronteras.

 

Abril 2017

No hubo suerte en el primer intento de perforación del pozo: a 48 metros de profundidad encontraron una capa de lodo de más de 10 metros de espesor. Al no disponer de la maquinaria adecuada para esta circunstancia, tuvieron que dejar de perforar. Un segundo intento confirmó que el terreno tiene este inconveniente (que el estudio geofísico no puede detectar). Contratamos los servicios de otra empresa, con experiencia y maquinaria adecuadas para este tipo de terreno.

 

Mayo 2017

¡Conseguimos perforar dos pozos! Nuestro viaje de mayo incluyó una visita al poblado, donde presenciamos los trabajos (fotos). Puedes ver aquí el informe de la perforación. La evaluación de los caudales de agua indicó un caudal 12.200 litros/h para el primer pozo, y 2.600 litros/h para el segundo. Calculamos que el primer pozo permitiría el riego de una hectárea, superficie suficiente para las 200 mujeres del poblado. Con esto completamos la primera fase del proyecto. Empezamos la segunda fase, el vallado del terreno.

 

Agosto 2017

Aunque lentamente debido a las lluvias, se siguió construyendo el muro para proteger el terreno. Se constituyó la Cooperative des Producteurs de Kanso, que gestionará la explotación del huerto. Las mujeres nombraron a Mme. Awa Sangaré como presidenta de la cooperativa. Paralelamente, estuvimos estudiando presupuestos para la instalación del sistema de riego.

 

Septiembre 2017

Tras la época de lluvias, la construcción del cerramiento pudo avanzar mucho. Después de largas negociaciones, aprobamos el presupuesto (de unos 25.100 eur) para la instalación de la bomba de agua, las placas solares, y el depósito elevado de 30 m3 a 8 m de altura, y se inició la instalación. La UPC colaboró con nosotros elaborando un informe sobre la calidad del agua de los pozos, que indicó que era apta para el riego.

 

Octubre 2017

El vallado del perímetro estaba prácticamente acabado, y los hombres del poblado empezaron a desbrozar el terreno (fotos). El muro finalmente fue de un metro de altura, en vez de los 80 cm inicialmente previstos, y encima de él se colocó alambre de espino, en vez de tela metálica. Ecos de Mali financió 600 metros del muro, y el poblado, con un sistema más sencillo, se encargó de cerrar el lado de 200 metros lineales que da a la escuela. La superficie cercada fue de 4 hectáreas, de las que previmos destinar sólo una al huerto, inicialmente. El depósito de agua elevado, de 30 m3 y situado a 8 m de altura, estaba ya instalado.

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Diciembre 2017

Se completaron las instalaciones que faltaban: la bomba de agua, las placas solares, y el sistema de riego sobre una hectárea de terreno (fotos). Con semillas financiadas personalmente por el chef du village, la gente del poblado preparó con gran entusiasmo un primer vivero de tomate, coliflor, berenjena, lechuga, remolacha y guindilla (fotos). Mr. Koné empezó los trámites administrativos para registrar la propiedad del terreno para uso exclusivo del poblado.

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Febrero 2018

La gente del poblado cultivaba el nuevo huerto con gran ilusión: mujeres, maridos, jóvenes... (fotos). No obstante, lo hacían de forma un tanto desordenada. A solicitud nuestra, dos formadores agrícolas de la administración fueron al poblado durante tres días para ayudarles a organizar los cultivos y a aprovechar mejor los recursos. Solicitamos a la administración que la colaboración de los formadores fuera permanente durante unos meses. La gente del poblado se comprometió a construir una casa para el futuro vigilante de las instalaciones.

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Mayo 2018

El huerto ya estaba en plena producción (fotos). Contratamos a un formador para que orientara a las mujeres y les ayudara a organizarse. El huerto no solo les permitía mejorar la alimentación de sus familias, sino que ya les producía sus primeros ingresos. Nos explicaron que venían a comprar sus verduras desde poblados situados a más de 20 km.

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Julio 2018

ONU Femmes y la ONG maliense AMEDD (que colabora con ONU Femmes en la zona) entregaron a las mujeres de Kanso material agrícola valorado en unos 10.000 eur (fotos). Entre el material donado destaca un magnífico motocarro, que les facilitará el trabajo y les permitirá desplazarse más lejos para vender la producción del huerto.

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Octubre 2018

Las actividades en el huerto fueron escasas durante la época de lluvias, como es habitual. Los técnicos de ONU Femmes y AMEDD siguieron impartiendo cursos de formación agrícola a las mujeres del poblado. Recomendaron priorizar la plantación de patatas, cebollas y chalotas, que son los cultivos más económicamente rentables actualmente en Mali. Para ello, no obstante, los chef du village de la zona tuvieron que debatir si cambiar una tradición que prohíbe, por motivos de superstición, el cultivo de cebollas y chalotas. De los dos pozos que conseguimos perforar en 2017, estaba en explotación el de 12.000 litros/h. Para disponer de más agua, estudiamos la posibilidad de sustituir la bomba por una más potente, o bien explotar también el otro pozo, de menor caudal.

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Febrero 2019

En nuestro viaje de enero comprobamos que el huerto estaba en plena actividad (fotos). Pusimos en explotación el pozo secundario que perforamos en 2017. Colocamos una bomba de agua en el pozo, alimentada con placas solares, y extendimos el sistema de riego desde el depósito elevado para cubrir más terreno. Previmos que esto permitiría ampliar la superficie cultivable en una hectárea, además de la hectárea en explotación. Las mujeres no tenían dinero suficiente para la compra de semillas, y les prestamos unos 900 euros para que pudieran adquirirlas. Acordamos que devolverían este préstamo con parte de los beneficios que obtendrían de la venda de su cosecha. La ONG maliense AMEED recomendó a las mujeres que se centraran en el cultivo de patatas, para maximizar el rendimiento obtenido.

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Noviembre 2019

El huerto estaba en baja actividad, como es habitual en esa época del año. Era el final de la época de lluvias, y los esfuerzos agrícolas se centraban en el cultivo de arroz, mijo y algodón. Se iniciaron los trámites para constituir la cooperativa de mujeres. Para la nueva temporada de cultivo, las mujeres acordaron reducir la superficie cultivada de 2 a 1,2 hectáreas, para ajustarla mejor a la cantidad de agua disponible. Para ello, se acordó que los jóvenes que habían empezado a cultivar sus propias parcelas tras la puesta en marcha del segundo pozo dejarían de hacerlo.

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Febrero 2020

Se constituyó y registró oficialmente la cooperativa de mujeres (documento). Había 80 mujeres inscritas. Pagan 5.000 CFA (7,70 eur) como cuota de entrada, y 1.000 CFA (1,55 eur) como cuota mensual. Tras una reparación que tuvimos que efectuar en la instalación eléctrica, las bombas de agua se encontraban de nuevo en plena producción. No obstante, las mujeres nos seguían solicitando disponer de más agua para aumentar la superficie de cultivo. En nuestro viaje de enero (fotos), pudimos comprobar como las mujeres trabajaban a todas horas del día, ayudadas por sus hijos (debido a la huelga de profesores de la escuela). La plantación era mayoritariamente de lechugas y coles. Los domingos las mujeres iban al mercado de Niéna (la ciudad más próxima) a vender los excedentes de producción. Para el desplazamiento usaban el motocarro que les donó ONU Femmes en julio de 2018.

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Abril 2020

El huerto de Kanso siguió en funcionamiento durante la pandemia (fotos), y las mujeres estaban muy satisfechas. Una de ellas nos explicó que en el mercado de Niéna vendió coles por un valor de más de 15.000 CFA (23 eur), toda una fortuna para ellos. Otra mujer nos contó que las ganancias del huerto permitieron a su familia hacer frente a los gastos médicos que requería uno de sus hijos.

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Noviembre 2020

Los cultivos en el huerto eran de coles, pimientos, tomates, berenjenas… Anteriormente, en octubre, las mujeres habían obtenido unos buenos beneficios con la cosecha de gombo. Lamentablemente, surgió una avería en uno de los pozos, y eso limitó la superficie cultivable.

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Diciembre 2021

Pudimos reparar por fin las bombas de agua, cuya avería causó que se suspendiera la actividad en el huerto durante unos meses. Sustituimos la bomba del pozo grande y reparado la del pequeño, y mejoramos la instalación eléctrica para evitar en lo posible nuevas averías (fotos). La nueva bomba era de 6.000 litros/h, menos de lo que aspirábamos (podría ser de hasta 8 o 10.000 litros/h), pero fue la única que conseguimos encontrar. Las mujeres empezaron a preparar el terreno para reiniciar los cultivos.

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Abril 2022

La actividad en el huerto se reinició tras la reparación de las bombas de agua. La superficie de cultivo era de una hectárea y media (fotos). Como aspecto negativo, la forma en que las mujeres trabajaban el huerto era desorganizada e individualista. ONU Femmes había dado por finalizado su programa de formación a finales del 2021, algo que se notó mucho. Estuvimos estudiando la posibilidad de contratar nosotros a un técnico que les ayudase a organizarse y les siguiera formando en técnicas agrícolas y cooperativistas.

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Julio 2022

Unas sesenta mujeres cultivaban una hectárea y media. â€‹No obstante, seguían trabajando de forma individualista y desorganizada, y algunas de ellas incluso dejaron de pagar su cotización. Empezamos a buscar un técnico para que las dirigese y les ayudase a organizarse. Se puso en marcha, por primera vez, un cultivo experimental de cacahuetes y gombo durante la época de lluvias.

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Noviembre 2022

Como cada año, las actividades en el huerto quedaron interrumpidas durante las lluvias, que ese año fueron más escasas y tardías. En septiembre las mujeres retomaron los cultivos (fotos). Como novedad, plantaron cacahuetes, que sirvieron para preparar las salsas de la cantina. Sin embargo, tuvieron que suspender los cultivos de tomate, zanahoria y berenjena debido a las plagas de insectos, que no sabían cómo erradicar. Seguimos buscando a un técnico agrícola para que las formara y les ayudara a organizarse mejor. A finales del año 2021 anterior tuvimos que reparar las bombas de agua del huerto, y de acuerdo con nuestra política de incentivar la autosuficiencia de la cooperativa, se acordó con las mujeres que ellas nos abonarían el 50% de esa reparación. En octubre de 2022 nos abonaron ya 500.000 CFA (unos 770 euros).

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Mayo 2023

Unas sesenta mujeres seguían cultivando sus parcelas (fotos). Realizamos una estimación de la producción que obtenían de las distintas verduras, según la época, y según nuestros cálculos, cada mujer de la cooperativa podía ganar de treinta a cuarenta euros mensuales, una cantidad muy importante para la zona. Sin embargo, no siempre lo conseguían, debido a su falta de conocimientos y de organización. Contratamos a una supervisora, Catherine, para que asesorase a las mujeres y las ayudase a organizarse. Catherine, que se ha instalado en Kanso para este trabajo, es originaria de Boidié, y trabajó en el huerto que creamos allí y que ya es autosuficiente. En nuestra visita de marzo animamos a las mujeres a colaborar con la supervisora y entre ellas, abandonando rivalidades y mentalidades regresivas.

Ecos de Mali
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